jueves, 6 de diciembre de 2007

Ecología del Paisaje*

Conceptualización:

Paisaje

La disciplina geográfica ha planteado varios enfoques teóricos y metodológicos, a través de los cuales es posible explicar e interpretar los paisajes del presente. A su vez, hay múltiples aproximaciones desde diferentes disciplinas, pasando desde las características perceptibles que integran conjuntos espaciales determinados hasta abstracciones enlazadas con la imaginación y los pensamientos más puros[1].

El paisaje debe entenderse como decantaciones resultantes de la historia y sus estructuras socioeconómicas en el espacio geográfico[2]. Es decir, la cultura objetivada (plasmada) en el espacio sobre bases inorgánicas y orgánicas de los escenarios naturales[3].

Para Milton Santos, tanto el paisaje como el espacio provienen de movimientos superficiales y profundos de la sociedad, una realidad de funcionamiento unitario, un mosaico de relaciones, de formas, funciones y sentidos. El paisaje es, de este modo, un conjunto heterogéneo de formas naturales y artificiales; esta formado por fracciones de ambas, ya sea en cuanto el tamaño, volumen, color, utilidad, o por cualquier otro criterio. El paisaje siempre es heterogéneo. La vida en sociedad supone una multiplicidad de funciones y cuanto mayor su número, mayor la diversidad de formas y actores. Cuanto más compleja la vida social, más nos distanciamos de un mundo natural y nos dirigimos hacia un mundo artificial
[4].

De igual manera, para cada momento, determinada forma de organización de la sociedad en el espacio geográfico que la contiene, manifiesta una fisonomía, una manera de aparecer y un sentido de manifestarse (espacialidad); allí, en esa externalidad
[5] aparecen los elementos físicos, bióticos, socioeconómicos y culturales. La conjugación de dichas entidades en un segmento concreto de las superficies terrestres, integran el paisaje geográfico. Paisaje, es pues apariencia, es integración fenoménica de procesos que se intuyen; es apariencia de esencias subyacentes. En si mismo constituye un ordenamiento espacial[6] que testimonia conjugación de tiempos plasmados en lugares donde se han sucedido, ya sean geoformas, manifestaciones bióticas, formas de organización social y conflictos ambientales, etc.

El paisaje, el manejo ecológico-social y los conflictos ambientales inscritos en él, se aprehenden reconociendo las configuraciones espaciales que hoy vemos, las cuales tenemos a nuestro alrededor, las que heredamos y mantienen una fisonomía propia como entidad espacial, con los procesos socio-espaciales que han precedido dichas configuraciones y que nos remiten a la espacialidad del tiempo en términos de paisajes pasados (históricos), plasmados por opciones económicas, políticas y culturales e ideológicas. Los paisajes antiguos no se agotan al cambiar los procesos que los modifican, los ordenan y los producen, por el contrario, perduran con sus elementos adquiriendo nuevo sentido y significaciones
[7].

De esta manera, el análisis de los espacios socio-naturales (paisajes), debe comprender una visión histórica de la sociedad junto con los procesos naturales que la sustentan, una conformación y evolución de la sociedad con sus distintas etapas de desarrollo
[8].

En definitiva, se reitera que la comprensión y esclarecimiento de los cambios ambientales exhibidos en el paisaje, devienen del estudio de la composición y estructuración de este ambiente “humanizado” a través del proceso histórico de ocupación y poblamiento del espacio geográfico.

De otra parte, para definir y presentar la transformación ambiental ocurrida en el paisaje se demanda, de igual modo, de un enfoque que conjugue los presupuestos teóricos y metodológicos de las ciencias naturales con elementos explicativos del orden social. Este tipo de aproximaciones al estudio de la dinámica del paisaje, ha sido afrontado por la ciencia geográfica, la postura metodológica de la ecología, el desarrollo de los estudios integrados y el análisis e interpretación planteados por la ciencia del paisaje
[9].

Desde la óptica geográfica, se han presentado diferentes concepciones para exponer la descripción de paisaje
[10]. Uno de ellos, es el Geosistema, concepto definido por el geógrafo soviético Sochava, en 1963[11]. El término corresponde a la aplicación del concepto sistema y a la concepción sistémica del paisaje. El geosistema como el ecosistema, es una abstracción, un concepto, un modelo teórico del paisaje (Véase gráfico 1).

En él se presenta la existencia de varios tipos de elementos fundamentales, que constituyen a su vez los subsistemas de primer y segundo orden:

a. El subsistema abiótico, que comprende los elementos (a su vez sistemas) no dotados de vida (los litológicos, el aire y el agua), los cuales contribuyen muy particularmente a definir y a estructurar el sistema por ser los elementos más invariables ("aunque la participación de la actividad económica dentro del sistema social imperante los haga susceptibles a la variabilidad")**

b. El subsistema biótico, constituido por elementos dotados de vida (la flora, la fauna y el hombre como elemento vivo) y que presenta con los demás un tipo de interrelaciones parecidas, ya que forma parte de las cadenas tróficas. El conjunto corresponde exactamente al ecosistema de los ecólogos. Estos elementos vivos son en gran medida colectores de información, y por consiguiente, ofrecen una visión muy concreta del estado de funcionamiento del geosistema.


c. El subsistema organizado por el ser humano o subsistema antrópico, esta constituido por los artefactos necesarios para la vida económica y social.

Entre estos subsistemas aparecen las correspondientes zonas de transición denominadas “interfases” o “interfacies”. Las más importantes son las que se forman entre el subsistema abiótico y el biótico, que corresponden al subsistema edáfico, y la que se establece entre el conjunto de subsistemas naturales (biótico y abiótico) y el socioeconómico o antrópico, entre los que se ha desarrollado el subsistema intermedio o interfase denominado “agrosistema” o subsistema “agrario”, como también el "ecosistema hibrido-tecnológico urbano"**
[12].
Como todos los sistemas que aparecen en la superficie de la Tierra, el geosistema es abierto, es decir, que en él entra y sale cierta cantidad de materia y de energía, lo que hace de ellos sistemas dinámicos[13].

En resumen, el concepto de geosistema, trata de integrar y sintetizar procesos del medio abiótico, biótico y social dentro del marco de las ciencias geográficas. Es entendido como la unidad territorial caracterizada por una morfología, es decir, las estructuras espaciales verticales (geohorizontes) y horizontales (geofacies), un funcionamiento (biogeociclos) y un comportamiento especifico de acuerdo a los cambios de estado que intervienen dentro del geosistema en una secuencia de tiempo. Por ello, la comprensión de la estructura y el funcionamiento del sistema geográfico natural deben definirse por la sucesión de estados del geosistema a través del tiempo
[14].

En la misma perspectiva teórica, la ecología del paisaje o geoecología, planteada inicialmente por Troll[15], se ha constituido en una conceptualización importante desde la óptica geográfica. Sus postulados, de manera similar al concepto de geosistema, buscan sustentar las relaciones mutuas totales entre biocenosis[16] y sus factores ambientales.


Metodología:

La ecología del paisaje[17] se fundamenta en la fisiografía[18], un método de interpretación de imágenes de sensores remotos que permite integrar, delimitar y clasificar sistemáticamente atributos de los ecosistemas como: clima, litología, suelos y el relieve (geoformas) con sus aspectos morfográficos, morfogenéticos, morfocronológicos y morfométricos. Si a las unidades del terreno resultantes se les califica la clase y características de cobertura y el uso actual del suelo predominantes, se obtienen las unidades de tierra o de paisaje.

La clasificación fisiográfica del terreno permite a la vez jerarquizar una zona cualquiera, de lo general a lo particular, con el objetivo de que puedan utilizarse a distintas escalas y con diferente nivel de detalle. El sistema tiene una estructura piramidal, en cuyo vértice se sitúan las estructuras geológicas continentales relacionadas con la tectónica de placas, a saber: erógenos, escudos, megacuencas. A partir de éstas se han definido cinco categorías fisiográficas, las cuales se resumen en el esquema expuesto en el gráfico siguiente.
La fisiografía y el análisis integral de los atributos del paisaje se inician jerárquicamente con la provincia fisiográfica, la cual permite localizar espacialmente cualquier zona dentro del contexto nacional, brindando también una visión acerca de las características topográficas, estructurales y climáticas generales de esa zona.

Esta categoría se asocia o corresponde aproximadamente a una región natural (hoy en día nombrada mejor como región morfológica), en la que puede prevalecer una o más unidades climáticas, estando constituida por conjuntos de unidades genéticas de relieve con relaciones de parentesco de tipo geológicos, topográfico y espacial. Las relaciones de parentesco de tipo geológico se refieren principalmente a la litología y estructuras predominantes en los relieves iniciales, ligadas a los procesos endógenos (tectodinámicos) que los originaron. Las relaciones topográficas se consideran a nivel de macrorelieve, o sea, a nivel regional; y las relaciones espaciales tienen que ver con la disposición de la unidad en el contexto medioambiental.

La provincia fisiográfica permite ubicarse espacialmente dentro de su país o región. Para Colombia se han establecido las siguientes Provincias fisiográficas (y algunas subprovincias) dentro de la correspondiente geoestructura.

La Unidad Climática es la segunda categoría del sistema de clasificación fisiográfica que comprende aquellas tierras cuya temperatura promedio anual y la humedad disponible son lo suficientemente homogéneas como para reflejarse en una génesis específica de los suelos y por ende, en su cobertura vegetal o en el uso actual de la tierra.

Su principal aplicación está en los terrenos montañosos cordilleranos de la franja intertropical, con considerables diferencias en altitud y en la orientación y configuración de su relieve, debido a que tales características tienen una fuerte incidencia sobre las diferencias de temperatura y precipitación que allí se suceden de un sitio a otro, a menudo en distancias muy cortas; y a la vez, esos parámetros climáticos, con una indiscutible repercusión en la pedogénesis y en la zonificación de la vegetación natural y de los cultivos.

Para el establecimiento de provincias o unidades climáticas, basadas en la temperatura ambiental y la lluvia efectiva, puede recurrirse a cualquier sistema internacional o nacional de clasificación del clima, inclusive a aquellos que involucran otros parámetros climáticos como: radiación solar, vientos, etc.

En este contexto se ha adoptado una clasificación del clima que combina los pisos térmicos altitudinales: cálido, medio, frío, muy frío, paramuno y subnival-nival, con las clases de humedad disponible: perhúmedo, húmedo, semihúmedo, subhúmedo, seco, semiárido y árido, cuya estimación puede hacerse de manera cuantitativa mediante balances hídricos y definición de índices de humedad (Formula de Thortwaite), o de modo cualitativo, mediante análisis de la clase de cobertura vegetal, clase de uso de la tierra y rasgos debidos a la erosión.

La tercera categoría es el Gran Paisaje (o unidad genética del relieve), que es una asociación de complejos de parentesco de tipo climático, geogenético, litológico y topográfico.

El parentesco geogenético implica que la geomorfología general del relieve se debe a los procesos geomórficos endógenos y/o exógenos mayores que lo originaron, tales como: plegamiento, volcanismo, denudación; sedimentación fluvial linear torrencial, sedimentación-erosión simultánea, sedimentación fluvial tranquila por desbordamiento lateral, sedimentación fluvial por diseminación, etc.

El parentesco litológico se entiende a nivel de grupos de rocas: sedimentarias, volcánicas, plutónicas y metamórficas, etc. Las relaciones topográficas se dan a nivel de mesorelieve y se refieren a la morfología general del relieve ligada a su origen. Los nombres básicos de los Grandes Paisajes es mucho mayor y ello depende del ambiente morfogenético específico o sucesión de ambientes morfogenéticos bajo los cuales se han originado y han evolucionado hasta el presente, es decir:

Relieve Montañoso
Relieve Colinado y Lomerio
Altiplanicie o Altillanura
Superficie de Aplanamiento
Piedemonte
Planicie o Llanura
Valle

El paisaje fisiográfico corresponde al cuarto nivel de generalización del sistema. A este nivel se definen las clases de suelos con características y propiedades comunes; es igualmente en este nivel donde se esperan comunidades vegetales relativamente homogéneas o usos similares de tierra.

El paisaje fisiográfico, se establece dentro de un Gran Paisaje con base en su morfología específica, determinada por los procesos tecto y morfodinámicos activos, a la cual se le adicionan como atributos diferenciadores: el material (es) litológicos (s) subyacente y/o la edad, esta última en términos relativos (muy antiguo, antiguo, subreciente, reciente, subactual, actual) o, en términos de niveles (alto, medio bajo), como sería el caso de las terrazas.

Por consiguiente, el paisaje fisiográfico comprende porciones tridimensionales de la superficie terrestre, resultantes de una misma geogénesis, que pueden describirse en términos de unas mismas características climáticas, morfológicas, de material litológico y de edad, dentro de las cuales puede esperarse una alta homogeneidad pedológica, así como una cobertura vegetal o un uso de las tierras similares.

El Subpaisaje es la última categoría del sistema, correspondiente a una división de los paisajes fisiográficos, hecha con propósitos prácticos relacionados con el uso y manejo de los suelos. A su vez parece correlacionable con la llamada forma del terreno de otros sistemas de clasificación del relieve. Generalmente se establece recurriendo a criterios morfométricos tales como la posición dentro del paisaje (v. gr., cima, ladera, rellano; ápice, cuerpo, albardón, basín, orillales, etc.), calificada con uno o más atributos, de una u otra manera relacionados con los procesos morfogenéticos activos, a saber:

La forma y/o grado de la pendiente
Tipo y grado de la erosión acelerada-remoción en masa.
Clase de condición de drenaje (en llanuras).
Grado de disección natural o geológica (en altiplanicies y geoformas agradacionales).

En seguida, se formulan algunas aproximaciones teóricas que exponen el fenómeno de degradación y transformación ambiental desde la perspectiva de la geográfica física y la ecología.

Los procesos de degradación o denudativos (del latín: danudatio = acción de desnudar) se refieren a la meteorización de las masas de rocas continentales expuestas y al desgaste del regolito[19] resultante, por acción combinada de las fuerzas de desplazamiento y de los agentes geomorfológicos[20], con el consecuente remodelado y paulatina reducción de la superficie terrestre.

El término tiene un sentido más amplio que el de la erosión, por cuanto abarca la totalidad de los procesos que contribuyen al remodelado y reducción de los relieves iniciales, esto es: la meteorización de las rocas, la remoción en masa y la erosión.

[1] MOLANO,B. Joaquín. Villa de Leyva. Ensayo de interpretación social de una catástrofe ecológica. Ed. FONDO FEN COLOMBIA., 1990. p. 11.[2] GONZALEZ, F. Ecología y Paisaje. H. Blume. Ediciones Madrid. 1981. Citado por: Ibid. P. 15.[3] VIDART, Daniel. “Para una epistemología del ambiente”. Cient. Tec. Des. (3), 255-382. 1981. Citado por: Ibid. p. 15.[4] SANTOS, Milton. Metamorfosis del espacio habitado. Iokos-tau. 1996. p. 59-71.[5] Desde este enfoque se entiende por externalidad al área del espacio, como elemento físico (biosfera), que permite visualizar la expresión o configuración de las características de una determinada sociedad.[6] La configuración que recibe un territorio, lo producen tanto su geomorfología, ciertas condiciones climáticas, las redes de drenaje, etc., como también, y en gran medida, las acciones productivas y culturales, las cuales tienen ciertos cambios que generan composiciones y recomposiciones de acuerdo con las opciones sociales que se suceden y con la dinámica que adquieren. Citado con base en: MOLANO, B, Joaquín. Arqueología del paisaje. Anotaciones sobre Planeación. En: Espacio y Naturaleza, No. 44. Medellín. Universidad Nacional. 1994. P. 8[7] Citado con base en: Ibid. P.9.[8] MOLANO B, Joaquín. Op. Cit. 1990, p. 15.[9] En este punto es pertinente precisar que el aporte de la geografía física es básico para describir el fenómeno de degradación ambiental (fragmentación del corredor, procesos erosivos, etc.); sin embargo, la explicación de éste no se fundamenta simplemente en la perspectiva física, sino también, y con mayor peso, en la interpretación de la geografía humana y sus disciplinas afines.[10] La eco-geografía busca estudiar el paisaje en la dinámica de sus elementos y sus relaciones, reconociendo una organización jerárquica de la naturaleza, cuyas entidades concretas espacio-temporales requieren una interpretación holística (Naveh), ya que en el paisaje se hallan superpuestos elementos de diferentes estadios de desarrollo natural y social. Una concepción moderna del paisaje se puede fundamentar, en principio, tomando como base la integración de las geociencias y las biociencias, la cual se remonta hasta Humboldt, quien plantea la unidad del mundo. Debe incorporar también el concepto metodológico de Troll, quien concibe el paisaje como un segmento concreto de la superficie terrestre con una estructura distintiva. Debe apoyarse en la formulación de Tansley acerca de los sistemas ecológicos (ecosistemas). A su vez, asumir los planteamientos de Grigoriev sobre los sistemas denominados biogeocenosis. Igualmente, tomar en cuenta el concepto Complejo Territorial Natural de Solntsiev y colaboradores, y la formulación del concepto de Geosistema propuesto por Sochava y desarrollado en Francia por Bertrand. Citado con base en: MOLANO, Op cit., 1990. p. 17, 18.[11] SOCHAVA V.B. L’Etude des géosysthemes. Stade actuel de la Géographie physique complexe. Izvestija Akademii Nauk SSSR, Serija Geografisceskaja, 1972, n0. 3, p. 18-21. (Traducción al francés por CL Rondeau, C.N.R.S. Centre de Documentation et cartographie geógraphique. París.) Este concepto fue utilizado en inglés en 1967 por el geógrafo Stoddart y en alemán en 1969 por Neef. A partir de estas fechas se trata ya de un término científico utilizado por todos los especialistas de la Ciencia del Paisaje. Citado por: CAPDEVILA, Maria de Bolós. Manual de ciencia del paisaje: teoría, métodos y aplicaciones. Barcelona: Masson, 1992. P. 36[12] En el caso objeto de investigación se hace extensivo a la relación llevada a cabo en el ámbito urbano, en el cual se desarrolla, de igual modo, un subsistema intermedio, sin denominarlo necesariamente subsistema agrario; ya que este es caracterizado también por otro tipo de actividades como la construcción de viviendas.[13]. CAPDEVILA. Op. Cit. P. 36.[14] MOLANO B Joaquín. Op cit., 1990. P. 20.
[15] TROLL, Carl. La geoecología y la diferenciación a escala planetaria de los ecosistemas de alta montaña. Revista Geographica, Vol. 15, N0. 2. 1973. Citado por Ibid., 1990. P. 20.
[16] Biocenosis es, según Lacoste y salanon, una organización compleja que engloba un conjunto de agrupamientos vegetales (fitocenosis), animales (zoocenosis) y de microorganismos (microbiocenosis) que en un lugar dado comparten las mismas condiciones de vida. Entre las especies constituyentes de una biocenosis se manifiestan múltiples formas de interacción que pueden reducirse a una competencia o una dependencia entre ellas. Citado por: BIELZA DE ORY Vicente. Geografía General 2. Taurus ediciones. Madrid, 1984. p. 8
[17] Este enfoque es expuesto y definido con base en: VILLOTA, Hugo. Análisis de los atributos del paisaje en la zonificación ecológica. IGAC- CIAF. 1999.
[18] Etimológicamente, la palabra proviene de dos vocablos griegos: phisios = naturaleza, y graphos = descripción. La fisiografía se refiere entonces a la descripción de las producciones de la naturaleza, entendiéndose como tal al conjunto, orden y disposición de las entidades que integran la tierra, como son: litósfera, hidrósfera, biosfera y atmósfera, cuyo punto de contacto es la superficie del planeta. Citado con base en: Ibid. P. 3.
[19] Regolito es el producto final de la meteorización; este término abarca el manto completo de la meteorización, incluidos materiales mezclados, redistribuidos y hasta depositados en la superficie. Citado por: VILLOTA Hugo. Geomorfología aplicada a levantamientos edafológicos y zonificación física de las tierras. IGAC. Bogotá, 1991.35, 36.
[20] Como fuerzas de desplazamiento se incluyen a la gravedad terrestre y a los movimientos sísmicos, fuerzas que por si solas o en combinación con otros agentes como el agua, el hielo o el viento, pueden producir el desplazamiento de materiales. A la influencia directa de la gravedad se atribuyen los procesos degradacionales de remoción en masa, los procesos agradacionales de sedimentación coluvial y parcialmente los de sedimentación diluvial. Como agentes geomorfológicos se reconocen todos los elementos móviles, determinados por las fuerzas de cambio, capaces de obtener (desprender), transportar y depositar los productos incoherentes de la metereorización y de la sedimentación (entre ellos están el agua de lluvias y de escorrentía; las olas, corrientes costeras y de marea; los glaciares; el viento. A éstos pueden agregarse los animales y el mismo hombre). Citado con base en: Ibid., p. 34,35.

* Escrito realizado por Jorge Andrés Rivera Pabón. Profesor Departamento de Historia y Geografía. Universidad de Caldas.
** Las frases entre comillas, en cursiva, son anotaciones realizadas por el autor.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Geonotas, Universidad de Caldas.

¿Qué es?: Geonotas  es una publicación virtual liderada y elaborada por el Profesor Jorge Andrés Rivera Pabón, como "un Homenaje" a la actividad realizada hasta la década de los noventa por la anterior Escuela de Sociales de la Facultad de Educación de la Universidad de Caldas.




Además, se constituye en la estrategia de divulgación del Semillero de investigación en Enseñanza de la Geografía y de Estudios Territoriales, espacio académico de debate y discusión que hasta el momento ha involucrado a estudiantes de diferentes Programas Académicos de la Universidad de Caldas, entre ellos, Licenciatura en Ciencias Sociales, Historia, Sociología, Biología y Trabajo Social.

¿Por qué y para qué se hace?: "Geonotas" manifiesta el interés por interpretar el territorio regional y local, desde una aproximación sistemática, geo-histórica y multiescalar. Además, se presentan las ideas, actividades, propuestas y proyectos de estudio-reflexión, investigación y proyección social del Departamento de Historia y Geografía de la Universidad de Caldas, en particular del área disciplinar de Geografía; y de esta forma dinamizar, consolidar y presentarlas al público académico.

En síntesis, las Jornadas de Geonotas se realizan con el ánimo de dar a conocer y difundir ampliamente el conocimiento de la Geografía en la comunidad universitaria; es así como se han presentado desde el 2007 conversatorios, debates, procesos de formación y propuestas de investigación-proyección, contando con estudiantes de una amplia gama de disciplinas científicas.

Finalmente, esperamos contar  con una mayor presencia de los miembros de la comunidad universitaria interesados en los temas más relevantes de la Geografía en su estudio de la realidad (espacial y territorial) histórica y contemporánea.